Y al final no quedaron más que palabras

Mis últimas entradas

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Se alegraron cuando dije que iba a escribir otra vez. Vos te alegraste. Pero nunca entendieron, yo escribía para poder sentirme con vida. Para poder sentir que no era un simple observador de esta existencia. Después llegaste vos y todo cambio, me enseñaste a vivir la vida. Aprendí a disfrutar lo lindo de un atardecer o de las risas después del teatro. ¿Ahora que queda? Te fuiste. Y tengo que escribir.. Porque es lo único que queda. Pero alegrense, alegrense de que por lo menos empecé a escribir otra vez.

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